jueves, 17 de marzo de 2011

SOLITARIO

Ya no tengo vecinos.
Los del tercero se marcharon hace seis meses: decían que siniestros quejidos no les dejaban dormir y el pánico y el insomnio dominaban sus vidas.
Los del segundo se mudaron no hace mucho: decían que no soportaban vivir frente al lugar en que falleció su hijo al patinarle la moto.
Finalmente, los del entresuelo también se fueron: decían que una extraña humedad llenaba los bajos de puertas y muebles de un moho pegajoso y maloliente que no desaparecía ni en los días más calurosos del verano.
El sistema de audio que oculté en la azotea, el aceite de motor y el riego por goteo que instalé en el sótano, cumplieron su cometido así que los he guardado, por si acaso.
Ahora, por fin, siempre, estoy como quiero y como soy: solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario